Esta película tan entrañable se me manifiesta aunque no esté en París. Pero yo, como los del colectivo, encuentro romántico tomarme una coca colita en la Turmstrasse.
Moabit es un barrio antiguo de Berlín. Sus bulevares de frondosos árboles, calles adoquinadas e iglesias me hacen sentir en un Montmartre plano alemán.
¡Tiene muchísimo encanto este nuevo barrio Hipster! Un “Kreuzberg” del norte del que nadie habla, que rodeado de ríos y afluentes lo convierte en “la Isla”.
El camino a la escuela cada mañana me conecta con mi niña interior. Paseo por las preciosas calles del barrio y siento alegría en mi ser. Ese frescor positivo de la mañana, la mente clara lavadita de pensamientos intrusivos... Viajo en el tiempo y recuerdo las mismas sensaciones de la infancia: una rebujina entre libertad, inocencia, esperanza, ilusión, curiosidad...
Los árboles fluorescentes.
El cielo celeste y los ladrillos rojos de las iglesias me escupen un contraste de cálidos y fríos que me dejan flipando.
Me paro, chuto el recuerdo, tomo notas de lo que veo y llego tarde a clase.
Vídeo de camino a la escuela de alemán, Moabit, Berlín 2024